29 de noviembre de 2018

Los nombres de las facturas en Argentina son "armas" de propaganda anarquista



¿Por qué los pasteles en Argentina son "armas" de propaganda anarquista?

¿acaso esa persona acaba de pedir seis bolas de fraile y media docena de cañoncitos?

Los buñuelos recubiertos de azúcar, conocidos como "bolas de fraile", y los conos de hojaldre rellenos de dulce de leche, llamados "cañoncitos", son solo dos ejemplos de los nombres raros que tienen las llamadas "facturas" (pasteles) en Argentina.

También hay "bombas" -algo similar a un profiterol- y "libritos" -una masa plegada de manera tal que parece un texto de lectura-.

Pero mientras que los pasteles son definitivamente dulces, el origen de sus nombres es más siniestro: a finales del 1800 un sindicato de pasteleros anarquistas usó sus creaciones para hacer propaganda.

"La mayoría de los argentinos no conoce el significado de las facturas y por qué se llaman así. Creen que simplemente son nombres divertidos, creados en broma", afirma Vicente Campana, pastelero y profesor en la Universidad Nacional de Entre Ríos.

"Pero en realidad fueron los anarquistas -que eran antigobierno, antipolicía, antiiglesia- quienes les dieron esos nombres para llamar la atención sobre sus tendencias políticas".

La leyenda de la medialuna

La blasfemia y la gastronomía han ido de la mano hace mucho tiempo. Cuenta una leyenda que a comienzos del siglo XVI, durante el ataque otomano a Viena, los austríacos crearon un pastel de hojaldre con forma de media luna, similar a un croissant, en referencia a la media luna y la estrella que son un conocido símbolo del islam.